LA HISTORIA DE TUDOR – LOS CRONÓGRAFOS
UN ESTILO ÚNICO
Durante casi medio siglo, TUDOR ha dejado su marca en la historia de los cronógrafos con productos de fuerte identidad, estilo único y calidad sin concesiones. Estando a la altura de las circunstancias, despertando pasiones, mejorando constantemente sus productos y ofreciendo modelos propios de su tiempo pero que mantienen al mismo tiempo una marcada identidad, TUDOR se ha ganado un sitio propio en el mundo de los cronógrafos deportivos que se plasma en el desarrollo de cuatro familias sucesivas de productos.
En 1970, con el lanzamiento de su primer modelo mecánico de cuerda manual, el cronógrafo Oysterdate, la marca impresiona inmediatamente a los aficionados con su peculiar uso de los colores vivos y sus característicos índices pentagonales. Al año siguiente, en 1971, una segunda serie de cronógrafos Oysterdate, apodados hoy en día «Montecarlo» por los coleccionistas, aporta mejoras técnicas y una evolución de estilo.
La introducción, especialmente, de variantes con esfera y bisel azules deja una huella duradera en esta serie. El año 1976 es testigo del lanzamiento de la tercera familia de cronógrafos TUDOR, conocidos como «Big Block» en el mundo de los coleccionistas de relojes, así como de la introducción de una importante innovación: con los modelos Prince
Oysterdate, la marca presenta sus primeros cronógrafos equipados con movimiento mecánico de cuerda automática y consolida lo que la familia
Oysterdate había esbozado. TUDOR ofrece cronógrafos inmediatamente reconocibles y con excelentes cualidades técnicas. Finalmente, el año 1995 marca la inauguración de la segunda serie de cronógrafos de cuerda automática
Prince Oysterdate, que introduce numerosas mejoras tanto estéticas como técnicas, como una caja modificada y perfeccionada o un cristal de zafiro prácticamente imposible de rayar.
Cuatro familias de cronógrafos TUDOR, entre los que se incluyen una docena de referencias destacadas, suscitan un entusiasmo cada vez mayor con el paso de los años.